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sábado, 5 de febrero de 2011

Nacimiento de las ideas republicanas en Brasil.


                       
Las ideas republicanas en Brasil, no surgieron entorno a la proclamación de la república –como se piensa- pues estuvieron presentes desde el primer reinado; asegura este análisis…
Se engaña quien piensa que las ideas republicanas en Brasil surgen en torno de la proclamación de la República. El proyecto de institución de una República Federativa ya estaba presente en el escenario político del Primer Reinado (1822 – 1831), así como en el período de las regencias (1831 – 1840), anterior al 15 de noviembre de 1889 -manifiesta la doctora, Silvia Carla Pereira de Brito Fonseca.
La palabra república poseía significados muy diferentes en la primera mitad del siglo XIX. En primer lugar, de acuerdo con la herencia del Antiguo Régimen, sería aún asociado a la identificación de un territorio regido por las mismas leyes, o sometido al mismo gobernante, independiente de la forma de gobierno. En segundo lugar, la idea de república también era comprendida como la precedencia del bien común y la prevalencia de la ley y de la Constitución sobre los intereses individuales. En tercer lugar, el concepto de república denotaba el gobierno electivo y temporal. Así expresaba el diario fluminense Nova Luz Brasileira en el artículo del 9 de julio de 1831. “La Nueva Luz quiere que el Pueblo Brasilero tenga seguridad (…) que no debe confiar en un mandatario, cuyo poder no es revocable y temporario”.
La apología de la república como forma de gobierno era considerada delito por la Constitución de 1824, por la ley de prensa de 1830 y por el Código de Proceso Criminal de 1832. Tales situaciones legales vergonzosas explican la utilización de varios recursos para definir o alabar a la república. Por ejemplo, diarios republicanos de distintas provincias del Imperio eran transcriptos en los periódicos de la Corte. Con eso, se pretendía demostrar no sólo la extensión de sus ideas, como así también huir de la responsabilidad legal sobre los principios proclamados. Otro recurso sería descalificar o ridiculizar los rituales monárquicos, como la ceremonia de besar la mano del Emperador o la concesión de títulos y honores. Pero el expediente más usado, por parte de los diarios republicanos, era el empleo de expresiones como “monarquía americana” o “sistema americano” para designar el concepto de república. Opuestamente, el gobierno heredado y vitalicio sería denominado como “monarquía europea” o “sistema europeo”.
Curiosamente, el argumento a favor de la instauración de la República en Brasil no recaía en la historia o en el pasado, pero si en la geografía, es decir, en pertenecer al continente americano. De la misma manera, la ausencia de aristocracia en América señalaba la especificidad del continente y tornaba a la monarquía incompatible con el Nuevo Mundo. En 1831, el diario Fluminense “O Tributo do Povo” se extrañaba de la permanencia de la monarquía en Brasil en medio a tantas repúblicas en América. “Recuérdense que lejos de Europa, América camina sobre una vereda bien diversa (…), y que si ahora existe en Brasil la anomalía de un trono, ésto no es el fin de los Brasileros”.
En el inicio del siglo XIX, los periódicos republicanos no defendían la abolición inmediata de la esclavitud africana. El tema de la república asociado a la liberación de los esclavos evocaba la experiencia reciente de la Revolución de Haití (1791 – 1804), donde ocurriera una revuelta esclava de la cual se procuraba mantener una distancia.
Ya los deseos federalistas, o la garantía de la descentralización política y administrativa, animaban el ideal republicano. Sin embargo, no siempre la federación sería sinónimo de república. En Pernambuco, la autonomía provincial tenía primacía sobre la forma de gobierno, desde que la monarquía fuese “auténticamente constitucional y preservase tales franquicias”. Tales ideas culminan en la proclamación de una república confederada apoyada por Ceará, Paraíba y Rio Grande do Norte – la Confederación del Ecuador. Luego de cuatro meses de embates, el movimiento fue aniquilado por la violenta represión de las tropas imperiales.
Asociado o no a la república, el clamor federalista rondaba las revueltas del período de la regencia. A pesar de sus especificaciones, muchas denunciaban la centralización política y administrativa como responsables por la opresión fiscal. Que acarreaba los recursos para Rio de Janeiro, también como por la incitación de conflictos entre los liderazgos políticos locales y los presidentes de provincias nombrados por el gobierno central.
En 1837, Francisco Sabino Vieira (1797 – 1846), líder de la Sabinada (1837 – 1838), en sus artículos en el recién fundado “Novo Diário da Bahia”, refuta la inoportunidad de la república como forma de gobierno para el país y defiende que la autonomía de la provincia justifica la defensa de la instauración de la República Baiense – aún que el nuevo régimen sólo debiese ser mantenido hasta la mayoría de edad del futuro emperador. Ya que la Guerra dos Farrapos, en Rio Grande do Sul (1835 – 1845), tuvo una mayor duración. El acuerdo de paz finalmente incluyó, además de los cambios tarifarios exigidos, el derecho a elegir el administrador local.
El tema de la República ganaría un nuevo impulso en la década de 1870, con la divulgación del Manifiesto Republicano en Rio de Janeiro. El documento atacaba las instituciones políticas del Imperio, el Poder Moderador, el carácter vitalicio del Senado. El republicanismo del final del siglo dislocaba entonces su ejido para las provincias del centro sur del país, como Rio de Janeiro, São Paulo, Minas Gerais. Aún así, el movimiento era heterogéneo. Rio de Janeiro, aglutinaba sectores medios urbanos, más atentos a la defensa de las libertades y derechos individuales, a la representación política y, particularmente, entre algunos líderes como José do Patrocínio (1854 – 1905), a la lucha por el fin de la esclavitud. Ya en São Paulo, la campaña republicana congregaba, en su mayoría, productores de café, para los cuales la instauración del federalismo republicano significaba colocar el gobierno provincial al servicio de sus intereses.
Muchas opiniones, diferentes conceptos, proyectos distintos. Pero al final del siglo XIX, la república dejaba el mundo de las ideas para tornarse una realidad posible.
Silvia Carla Pereira de Brito Fonseca, es investigadora Prodoc de la Universidade do Estado do Rio de Janeiro – UERJ y doctora en Historia por la Universidade Federal do Rio de Janeiro – UFRJ con la tesis “A ideia de República no Imperio do Brasil: Rio de Janeiro e Pernambuco (1824 – 1834)”.

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