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sábado, 14 de enero de 2012

En Brasil todavía no existe una plena libertad de prensa

                     
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En cuanto periodistas brasileños trabajan libremente en otras partes del mundo, a los periodistas extranjeros que residen en Brasil se los amordaza negándoles ese derecho constitucional
                  
Se conoce como Libertad de prensa, a la existencia de garantías para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a organizarse para la edición de medios de comunicación, sin que sus contenidos sean controlados o censurados por ninguno de los poderes del Estado.
De acuerdo a esto y después de analizar lo estipulado en la Constitución Política brasileña, promulgada el 5 de octubre de 1988, podría afirmarse que en Brasil existe y se respeta la libertad de prensa, ya que precisamente en el capitulo II de esa Constitución; dedicado a los derechos y garantías fundamentales, se encuentra el artículo 5º que dispone se otorguen estas garantías, veamos:
Art. 5º Todos son iguales delante de la ley, sin distinción de cualquier naturaleza, garantizándose a los brasileiros y a los extranjeros residentes en el País la inviolabilidad del derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad, a la seguridad y a la propiedad.
En ese mismo artículo se encuentran unos incisos que garantizan, la libre manifestación del pensamiento,  la libertad expresión, de comunicación y el libre ejercicio de cualquier trabajo, oficio o profesión. De tal manera que cuando uno lee estos conceptos piensa que Brasil es un paraíso de la libertad de prensa y expresión; sin embargo estos dictámenes no se cumplen por causa del Decreto ley 972/69 que señala las disposiciones para el ejercicio de la profesión de periodista en Brasil

Este Decreto ley nº 972, del 17 de octubre de 1969; dispone a través del inciso I del articulo 4to. La prueba de nacionalidad brasileña para poder ejercer la profesión periodística, lo cual es incompatible con la regla democrática existente en la constitución brasileña, pero que incomprensiblemente continúa vigente.
Es decir, el ejercicio del periodismo en Brasil, esta permitido únicamente a los periodistas brasileños natos; los periodistas profesionales extranjeros residentes en se país están impedidos de ejercer esa labor, salvo los corresponsales de prensa provenientes de medios extranjeros según manifiesta este Decreto ley 972/69, que atenta no solo contra el derecho universal de la libertad de expresión, sino también contra la propia constitución brasileña.
Actualmente los periodistas profesionales extranjeros, residentes en Brasil, diplomados y egresados de las universidades, pueden trabajar con toda libertad y gozando de todos los derechos laborales únicamente como recogedores de basura, como porteros, ayudantes de camioneros, o desempeñar cualquier otra labor, oficio o profesión, menos la de periodista
¿Xenofobia, discriminación, mordaza? Como podríamos llamar a esta problemática que en un país democrático como Brasil continúa latente no obstante el combate mundial e a estas formas de discriminación. ¿Cual es el temor que un periodista extranjero trabaje en Brasil?
Es comprensible que no se permita que un medio de comunicación este en manos de extranjeros, pero impedir mediante un Decreto ley que un periodista profesional diplomado en una universidad ejerza su profesión? inclusive teniendo la residencia brasileña y con un hogar constituido por su familia compuesta por brasileros (conyugue e hijos). Más triste es el caso de una joven de nacionalidad argentina que curso estudios de periodismo en una universidad brasileña, se graduó como periodista profesional pero que le impiden desempeñar su profesión por ser extranjera.
Debe entenderse que aquellos países que no respetan cabalmente la libertad de prensa o de expresión están atentando contra ese derecho fundamental de los seres humanos,  y mientras Brasil no corrija este impase será un país irrespetuoso a la libertad de prensa; lo que sería sorprendente pues estas medidas resultan obsoletas, ya que actualmente con los enormes avances de las comunicaciones, resulta hasta cierto punto incongruente poner murallas a los periodistas y la difusión de las noticias que se propagan por todos los espacios del mundo, segundo a segundo, mediante los diferentes canales o medios de comunicación sin que nadie pueda impedirlo.
Hasta hace pocos años existió en Brasil una ley de prensa (ley Nº 5252/57) que promulgaba estas discriminaciones al ejercicio de los derechos fundamentales de la persona humana, pero que el día 30 de abril del año 2009 fue declarada incompatible con el orden constitucional, de acuerdo al elevado criterio de los ministros integrantes del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) quienes declararon por mayoría, que la mencionada ley de Prensa era incompatible con el orden constitucional (Constitución federal de 1988) por lo que no permitieron que permanezca en el ordenamiento jurídico brasileño”. Algo similar debería ocurrir con ese inciso I del articulo 4to de la ley 972/69.
Los países latinoamericanos vienen trabajando para crear una sociedad justa e igualitaria con legislaciones que prohíben las discriminaciones en los ejercicios de los derechos por motivos basados en la raza, color, nacionalidad o origen étnico. La igualdad significa que ninguna persona es mas importante que otra, cualquiera sea su país o su condición social y Brasil no puede estar exento a ello.
Como muestra tenemos al periodista peruano Gustavo Gorriti que fue director adjunto del diario la prensa de Panamá, el uruguayo Emilio Laferranderie (el veco) periodista deportivo que trabajó muchos años en dos de los principales medios de comunicación del Perú “Diario El Comercio” y “Radio Programas del Perú” donde también labora el destacado periodista chileno Miguel Humberto Aguirre; en Perú trabajó también la periodista boliviana Roxana Canedo y en Ecuador se encuentra la periodista peruana María Teresa Brasschi, asimismo tenemos a la periodista brasileña Fabiana Frayssinet reportera de CNN y de Inter Press Service, entre muchos otros cuya impecable labor periodística solo contribuye con el enriquecimiento de esa profesión.
Esperamos que prontamente los legisladores brasileños analicen este pequeño pero grande impase, para poder decir con firmeza que Brasil no lidera América latina unicamente en el factor económico.
Las voces del mundo, los gritos de libertad y la exigencia de la verdad, no tienen nacionalidad, todos los periodistas y sin excepción, tenemos el derecho y la libertad de decir lo que pensamos y a manifestar nuestras inquietudes sin que nadie nos lo impida; estemos donde estemos.


 

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