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jueves, 18 de julio de 2013

Porque la policía de Brasil se llama "Policía Militar"? el nombre de por sí, es represivo.

 
 
Los cuerpos policiales de Brasil son denominados “Policías Militares” -un nombre que de por sí, ya suena represivo- y sus componentes están clasificados como “Soldados”. ¿Acaso los brasileños no merecen tener una POLICÌA (no militar) compuesta por POLICIAS (y no por soldados) especializada en cuestiones civiles como en todas partes del mundo?
 
En todos los países, se denomina Policía Militar a uno o más batallones de las fuerzas armadas que ejercen un poder “policial” dentro del ámbito interno de los ejércitos, garantizando asimismo, la ley y el orden dentro de los mismos. Es decir, el radio de acción de esta “Policía Militar” está limitado únicamente dentro de las instalaciones militares o con acciones impropias cometidas por algunos de los miembros del ejército, marina o aviación.
Brasil no solo podría tener una de las mejores policías del mundo, bien equipada, correctamente entrenada, con un bonito uniforme que psicológicamente lo acercaría más a la comunidad, la misma que los vería como parte integrante de ellos mismos, es decir como POLICIAS y no como MILITARES.
      
Con esto no quiero decir que la policía brasileña sea ineficiente ni mucho menos, antes bien, yo tengo por ella, la mayor admiración, pues realizan un arduo y eficiente trabajo en lugares sumamente conflictivos, enfrentándose a toda clase de peligros por lo cual muchos de ellos perdieron la vida; conozco de cerca su abnegada labor. Mi comentario solo está dirigido a la denominación de “militar”  que le sobreponen a su policía, una observación que ya fue puesta en debate u observación por algunas connotadas personalidades brasileñas.
Es que en ninguna parte del mundo los militares son “La Policía”, salvo en aquellos países gobernados por militares, tras un golpe de estado. La razón es obvia; un militar está formado para tareas de defensa y operaciones de combate, mientras que el policía está entrenado para servicios de seguridad pública, incidiendo así en todo el quehacer ciudadano; por este motivo en los países democráticos  sean desarrollados, o en proceso de desarrollo, cualquier sospecha de injerencia de las Fuerzas Armadas en los asuntos de Seguridad Pública se convierte en algo alarmante. Es que cuando los militares se involucran en asuntos de la policía debe preocuparnos, ya que se estaría amenazando todo el estado social y democrático de derecho.
Este hecho para nada prohíbe ni descarta la posibilidad del desempeño de operaciones conjuntas de colaboración coyuntural entre miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas, en los casos establecidos en la Constitución de la República, conservando la Policía el comando operacional y el aspecto procesal, estando los militares laborando como tropa de apoyo, y viceversa en tiempos de guerra.
Lo que si no se puede obviar es que, sin ser militares, los policías deben tener siempre una instrucción “militarizada” para que estén en permanente buen estado físico, mental, objetivo, con mucha instrucción en leyes, psicología, relaciones públicas, etc. así como en uso de armamentos y otras técnicas de disuasión como, enfrentamientos y capturas de delincuentes, así como formas de actuar ante manifestantes pacíficos o revoltosos..
Pero para ello, los policías deben también de estar impregnados de un elevado optimismo, que les permitirá atender a las personas con la mayor de las voluntades y quizá con una amigable sonrisa.
Y esto no es muy difícil de lograr; todo depende de los diferentes gobiernos, quienes podrían inocular fácilmente esta positiva actitud en el animo y el espíritu de estos hombres de la ley, gratificándolos por su labor…  Con un justo y atractivo BUEN SALARIO.
Merecido por cierto.

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