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jueves, 8 de mayo de 2014

Atahualpa Yupanqui, importante referente musical del folklore argentino



Atahualpa Yupanqui, seudónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburú; nace el 31 de enero de 1908 en el Partido (municipio) de Pergamino, situado al norte de Buenos Aires, Argentina, Fue un cantautor, compositor, guitarrista, y uno de los mayores referentes de la música folklórica argentina.
 
Su infancia transcurrió en  Agustín Roca (partido de Junín) donde su padre trabajaba en el ferrocarril, ahí hizo su primeros estudios musicales con el Padre Rosáenz. Más tarde aprendió guitarra en Junín (Prov. Buenos Aires) con el profesor Bautista Almirón. Pero se manifiesta que quien le despertó ese especial sentimiento por los sonidos, fue el paisaje de su tierra, su entorno  y los hombres de lo más profundo de su patria, Atahualpa Yupanqui solía decir “Los días de mi infancia transcurrieron de asombro en asombro, de revelación en revelación. Nací en un medio rural y crecí frente a un horizonte de balidos y relinchos
En 1918 su familia se trasladó a Tucumán, y En 1923 muere su padre, por lo que tornó a radicarse con los suyos en Junín. En 1926 escribió Camino del indio. Emprendió un viaje a Jujuy, Bolivia y los Valles Calchaquíes. En 1931 recorrió Entre Ríos, afincándose un tiempo en Tala. Participó en la fracasada sublevación de los hermanos Kennedy, por lo que debió exiliarse en Uruguay. Pasó por Montevideo, para luego dirigirse al interior oriental y el sur del Brasil.
En 1934 reingresó a la Argentina por Entre Ríos y se radicó en Rosario (Prov. Santa Fe). En 1935 se estableció en Raco (Prov. Tucumán) Pasó brevemente por la ciudad de Buenos Aires -donde diversos intérpretes comenzaban a popularizar sus canciones- para actuar en radio. Recorrió después Santiago del Estero, para retornar por unos meses a Raco en 1936. Realizó una incursión por Catamarca, Salta y Jujuy. Más tarde visitó nuevamente el Altiplano en busca de testimonios de las viejas culturas aborígenes. Retornó a los Valles Calchaquíes, recorrió a lomo de mula los senderos jujeños y residió por un tiempo en Cochangasta (Prov. La Rioja).
Contrajo matrimonio con María Martínez,  allá por la década del 40 pero el matrimonio fracasó. Poco después conoció en Córdoba a Paule Pepin Fitzpatrick, "Nenette", quien sería su definitiva compañera y colaboradora musical con el seudónimo "Pablo Del Cerro". Algo más tarde se editó "Piedra sola", su primer libro. En 1944, durante otra incursión por las provincias del noroeste creó El arriero. A poco debió abandonar Raco, episodio que dio origen a sus sentidas zambas Adiós Tucumán y La añera (1946).
Enfrentado al régimen militar triunfante, desde 1946 a 1949, sufrió persecuciones, proscripción y cárcel. En 1950 pasó a Uruguay y desde allí a Europa. En París, Edith Piaf le dio la oportunidad de compartir el escenario, debutando en junio de ese año. A partir de allí, realizó varias giras por el Viejo Continente. Regresó a Buenos Aires en 1952. A causa de sus críticas fue expulsado del Partido Comunista, lo que le facilitó el reingreso a las radios, pero le valió las críticas de propios y extraños, que no sabían dónde encasillarlo.
 Así en 1956, derrocado el peronismo, también fue perseguido por los militares antiperonistas. Pasó unos años alternando entre sus residencias de Buenos Aires y de Cerros Colorados (Prov. de Córdoba), hasta que en 1963/64 emprendió una serie de viajes a Colombia, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia. En 1965 se editó el disco El payador perseguido. Durante 1967 recorrió en giras toda España, para luego instalarse casi definitivamente en París con periódicos regresos a la Argentina que, con el advenimiento en 1976 de la dictadura militar, se hicieron menos frecuentes. Recién en 1979 volvió a presentarse en su país. Sus actuaciones en Europa comenzaron a espaciarse a causa de algunos trastornos de salud. En 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En 1987 volvió al país para recibir el homenaje de la Universidad de Tucumán. Debió internarse en Buenos Aires en 1989 para superar una dolencia cardíaca, pese a lo cual en enero de 1990 participó en el Festival de Cosquín.
En noviembre de ese año murió Nenette. Sin embargo, a los pocos días Yupanqui cumplió un compromiso artístico en París. Volvió a Francia en 1992 para actuar en Nimes pero se indispuso y allí murió el 23 de mayo. Por su expreso deseo, sus restos fueron repatriados y descansan en Cerros Colorados. Dejó innumerables obras para el cancionero argentino de raíz folklórica. 
Premios
Premio de la Academia Charles Cross, 1950.
Primer Premio de Karlovy-Vary (Checoslovaquia) por la música de este film, 1956.
Premio Academia Charles Cross por mejor disco extranjero, 1986/1989.
Disco de Oro por difundir la música criolla por el mundo, 1973.
Premio "Tecno 80" en el Festival de San Remo (Italia), 1980.
Diploma de Honor del Consejo Interamericano de música de la OEA Washington, 1983.
Libros
Piedra sola (1939)
Aires (1943)
Cerro Bayo (1953)
Guitarra (1960)
El canto del viento (1965)
El payador perseguido (1972)
Del algarrobo al cerezo (1977)
Confesiones de un payador (1984)
La palabra sagrada (1989)
La capataza (1992)
La canción triste
Coplas del payador perseguido
Canciones
La alabanza
La añera
El arriero
Basta ya
Cachilo dormido
Camino del indio
Coplas del payador perseguido
Los ejes de mi carreta
Los hermanos
Indiecito dormido
Le tengo rabia al silencio
Luna tucumana
Milonga del solitario
Piedra y camino
El poeta
Las preguntitas
Sin caballo y en Montiel
Tú que puedes, vuélvete
Nada más
Viene clareando
Zamba del grillo

Los ejes de mi carreta

Porque no engraso los ejes
me llaman abandonao ...
Si a mí me gusta que suenen,
¿pa' qué los quiero engrasaos?
Es demasiado aburrido
seguir y seguir la huella,
demasiao largo el camino
sin nada que me entretenga.

No necesito silencio,
yo no tengo en qué pensar.
Tenía, pero hace tiempo,
ahura ya no pienso más.

Los ejes de mi carreta
nunca los voy a engrasar...

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